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NEW YORK

"Necesitamos una primavera Latina en Estados Unidos. Necesitamos poder y oportunidades iguales". John Leguizamo

Enfoque Periodístico / Otros Medios

"Lástima que seas Latino"

Por : John Leguizamo

Un productor bien intencionado me dijo alguna vez: “John, eres muy talentoso, pero qué lástima que seas latino… si no, hubieras llegado mucho más lejos”. Cuando propuse una película sobre latinos, otro productor me contestó: “¿Latinos? La gente no quiere ver latinos”. Esta no es solo mi experiencia, sino una experiencia típica que viven los latinos en Estados Unidos.

Donald Trump ha hecho una sola cosa positiva. Le ha dado aire a una comunidad diversa y conflictuada. Durante años, activistas y políticos se han esforzado para lograr que los latinos voten y demuestren su poder. Sin embargo, no fue sino hasta que la retórica racista de Trump puso los reflectores sobre el sentimiento antilatino que experimentamos la necesidad de alzar nuestra voz sobre los temas que nos importan: desde el financiamiento adecuado para nuestras escuelas y una mejor infraestructura en nuestras comunidades, hasta atención médica que no considere que la pobreza es una condición preexistente.

En Estados Unidos hay cerca de 56 millones de nosotros. Somos la minoría étnica más grande del país; conformamos casi el 18 por ciento de la población. Aún así, los estudiantes latinos abandonan sus estudios de bachillerato en una tasa más alta que los miembros de cualquier otra minoría. Somos víctimas de negligencia, discriminación e ignorancia. Hemos crecido en medio de una falta de respeto arraigada hacia la cultura latina, y a menudo hemos internalizado ese desprecio.

El discurso dominante es que simplemente cruzamos “ilegalmente” la frontera o que “acabamos de bajar del bote”. De hecho, los españoles son la prueba del primer pecado original estadounidense: maltratábamos a los pueblos indígenas mucho antes de que el Reino Unido trajera esclavos a las colonias. A la gente se le olvida que los latinos fundaron algunas de las primeras ciudades de Estados Unidos.

Los latinos han dado la vida por Estados Unidos desde antes de que fuéramos un país. ¿Por qué nuestros niños no han oído que miles de patriotas latinos lucharon por el país en la Guerra de Independencia? Bernardo de Gálvez, un general español, reclutó a mexicanos, cubanos, indígenas estadounidenses y afroamericanos libres para luchar contra el Reino Unido en el sur, mientras que mujeres cubanas donaron sus joyas y dinero para ayudar a los patriotas. ¿Dónde está el documental acerca de eso?

¿Por qué no saben de los muchos latinos en la Guerra de 1812? ¿Ni sobre los 20.000 latinos que lucharon con valentía en la Guerra Civil? ¿O de aquellos que ganaron Corazones Púrpuras o Cruces de Guerra en la Primera Guerra Mundial?

Es como si nuestro heroísmo y sacrificio de alguna manera fueran menos importantes, como si para nada existiéramos en la historia. Sin un pasado que nos alabe y enaltezca, ¿cómo lanzarnos hacia un futuro desconocido y frágil? Solo soy un historiador aficionado, pero soy experto en mi vida y carrera. Así que para mencionar un desaire más contemporáneo, puedo decir que los hispanos son el grupo étnico menos representado en el cine y la televisión. “Saturday Night Live” acaba de contratar a su primera comediante latina. ¿De verdad tenemos que creer que hay tan pocos latinos graciosos? De forma similar, somos marginados en los negocios y en la vida corporativa.

Esta exclusión envía un mensaje doloroso a cada niño latino sobre cómo se le considera y juzga. Las personas latinas enfrentamos un desafío doble: crear nuestra propia imagen positiva mientras combatimos la manera en que la sociedad en su conjunto nos representa.

 

Sin libros de texto en las escuelas que hagan justicia a nuestras contribuciones a Estados Unidos, y sin representación mediática que se expanda para incluir más rostros y voces latinas, somos vulnerables a un demagogo como Trump, quien argumenta que todos somos “narcotraficantes”, “violadores” y “criminales”. Pero varios estudios han hallado que no existe un vínculo entre la inmigración y el crimen violento. El hecho es que los inmigrantes como grupo cometen mucho menos crímenes que el resto de la población estadounidense. En su mayoría están aquí solo para buscar una mejor vida.

Puede ser difícil lograr eso cuando los estados donde viven los inmigrantes —sobre todo Texas y Arizona— manipulan a las comunidades latinas para sacarlas del poder político y limitan el financiamiento de sus vecindarios. Los latinos no son liberales de manera uniforme; algunos son conservadores a causa de sus creencias religiosas u opiniones fiscales. Sin embargo, si todos los latinos elegibles votaran, varios estados pasarían de ser republicanos a demócratas.

Necesitamos una primavera latina en este país. Necesitamos exigir poder y oportunidades iguales. Una amiga hizo hace poco un pequeño experimento para revelar el sentimiento antilatino. Envió dos hojas de vida con su foto para una oportunidad de actuación. Da la casualidad de que tiene una tez muy morena. En una hoja de vida utilizó su nombre latino, mientras que en el otro utilizó un nombre que sonaba a persona blanca. Con el nombre latino no recibió ninguna llamada, mientras que con el otro recibió algunas respuestas.

¿Dónde más ocurre esta categorización racial mientras “vivimos siendo latinos”? Ocurre mientras esperamos un ascenso que jamás llega, mientras intentamos rentar un Airbnb para las vacaciones pero nadie responde, o mientras trabajamos para que las vidas de nuestros hijos sean mejores que las nuestras.

Los latinos necesitamos exigir nuestro lugar en la historia estadounidense. Debemos exigir una parte igual del sueño estadounidense y no aceptar una versión degradada. Debemos dejar de aceptar que nos excluyan solo porque no nos persiguen. En esta elección crítica, y en el futuro, los exhorto a registrarse y a votar, a que los tomen en cuenta y los escuchen.

John Leguizamo (@JohnLeguizamo) es actor , escritor y productor colombiano.

Publicado en The New York Times

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Nueva York tendrá un parque subterráneo en antiguo tunel de trolebuses

Enfoque Periodístico 

La visión Dan Barasch incluye jardines verdes creciendo bajo el concreto y el asfalto de la ciudad de Nueva York. Se imagina a la gente bajando las escaleras para enfrentarse a estalagmitas de helechos, bromelias y musgos en espacios hundidos e inundados de luz. Esto ciertamente suena como una fantasía, pero La visión Dan Barasch incluye jardines verdes creciendo bajo el concreto y el asfalto de la ciudad de Nueva York. Se imagina a la gente bajando las escaleras para enfrentarse a estalagmitas de helechos, bromelias y musgos en espacios hundidos e inundados de luz.

 

Esto ciertamente suena como una fantasía, pero la ciudad de Nueva York está un paso más cerca de lograr la creación de este parque subterráneo que funcionaría todo el año en un espacio subterráneo verde de un acre. Las autoridades de la Alcaldía han dado la aprobación preliminar al proyecto. El miércoles 13 de julio, la Corporación de Desarrollo Económico de la ciudad aprobó que se comience a trabajar en los planes para desarrollar el Lowline en un terminal de trolebuses abandonado bajo el puente de Williamsburg.

a ciudad de Nueva York está un paso más cerca de lograr la creación de este parque subterráneo que funcionaría todo el año en un espacio subterráneo verde de un acre. Las autoridades de la Alcaldía han dado la aprobación preliminar al proyecto.

El miércoles, la Corporación de Desarrollo Económico de la ciudad aprobó que se comience a trabajar en los planes para desarrollar el Lowline en un terminal de trolebuses abandonado bajo el puente de Williamsburg.

Durante el siglo XX, el espacio era utilizado por este medio de transporte, pero se dejó de ocupar en 1948. Mientras tanto, el terreno en la superficie se ha transformado en una de las áreas de mayor densidad poblacional, en una ciudad que ya tiene problemas de espacio. Frente a esta situación, Barasch, el cofundador y director ejecutivo del proyecto, pensó que pasaría si los desarrolladores construyeran hacia abajo, en vez de construir hacia arriba.

Para probar esta premisa —la de un parque subterráneo sostenido por la luz que cae entre las aceras— Barasch y sus colaboradores construyeron un prototipo en un almacén abandonado dos cuadras al norte del futuro parque. En el Lowline Lab la luz del sol cae entre un follaje montado consistente en tres mil plantas, incluyendo frutas que crecen sin importar la estación del año. Dentro de este lugar habían fresas listas para ser cultivadas en marzo y mentas creciendo salvajemente en la mitad de diciembre. El resultado, dice Barasch, es un agradable y desconcertante sentido de estar inmerso en un jardín botánico, en la mitad de un área urbana.

Es difícil no quedar impactado por el proyecto, pero sus promotores dicen que su utilidad sobrepasa el factor novedad. “Mi primera reacción fue una combinación de decir ‘guau, esto es lo más loco que he escuchado’ combinado con un ‘qué pasa si en realidad lo pueden hacer’”, dice Alicia Glen, la vicealcaldesa encargada de desarrollo económico y de vivienda. Glen ve este proyecto como un modelo de otras formas creativas de revitalizar espacios públicos olvidados, especialmente en vecindarios como el Lower East Side, donde explica que “no hay mucho espacio para utilizar”. Ideas locas como esta, dice Glen, podrían ser clave para reactivar amplias redes estructurales que suelen ser invisibles y que están olvidadas. “Estamos tan apretados”, comenta la autoridad. “Nos debemos a nosotros mismos dar vuelta estas nuevas hojas”.

De todas maneras, han surgido voces que no apoyan la iniciativa. La revista New York comentó que algunos especialistas en transporte piensan que el espacio podría tener otros usos, como ser reacondicionado para mover trenes o buses. A su vez, un puñado de residentes se han manifestado preocupados de que el proyecto atraiga a las mismas masas de turistas que a veces atosigan el High Line, el revolucionario espacio verde que se construyó sobre 1.45 millas de una vía ferroviaria elevada en el borde oeste de la ciudad.

Para Glen, estas preocupaciones son sobrepasadas por el potencial que tiene este proyecto de agregar metros cuadrados, para distintos propósitos, que parecían imposibles de conseguir. “No estamos hablando de tomar algo que tenía otro propósito y tener un debate sobre cómo usar este terreno”, dice la vicealcaldesa. “Hemos creado otro acre de parques donde nunca pensamos que podría existir algo así”.

Durante el siglo XX, el espacio era utilizado por este medio de transporte, pero se dejó de ocupar en 1948. Mientras tanto, el terreno en la superficie se ha transformado en una de las áreas de mayor densidad poblacional, en una ciudad que ya tiene problemas de espacio. Frente a esta situación, Barasch, el cofundador y director ejecutivo del proyecto, pensó que pasaría si los desarrolladores construyeran hacia abajo, en vez de construir hacia arriba.

Para probar esta premisa —la de un parque subterráneo sostenido por la luz que cae entre las aceras— Barasch y sus colaboradores construyeron un prototipo en un almacén abandonado dos cuadras al norte del futuro parque. En el Lowline Lab la luz del sol cae entre un follaje montado consistente en tres mil plantas, incluyendo frutas que crecen sin importar la estación del año. Dentro de este lugar habían fresas listas para ser cultivadas en marzo y mentas creciendo salvajemente en la mitad de diciembre. El resultado, dice Barasch, es un agradable y desconcertante sentido de estar inmerso en un jardín botánico, en la mitad de un área urbana.

Es difícil no quedar impactado por el proyecto, pero sus promotores dicen que su utilidad sobrepasa el factor novedad. “Mi primera reacción fue una combinación de decir ‘guau, esto es lo más loco que he escuchado’ combinado con un ‘qué pasa si en realidad lo pueden hacer’”, dice Alicia Glen, la vicealcaldesa encargada de desarrollo económico y de vivienda. Glen ve este proyecto como un modelo de otras formas creativas de revitalizar espacios públicos olvidados, especialmente en vecindarios como el Lower East Side, donde explica que “no hay mucho espacio para utilizar”. Ideas locas como esta, dice Glen, podrían ser clave para reactivar amplias redes estructurales que suelen ser invisibles y que están olvidadas. “Estamos tan apretados”, comenta la autoridad. “Nos debemos a nosotros mismos dar vuelta estas nuevas hojas”.

De todas maneras, han surgido voces que no apoyan la iniciativa. La revista New York comentó que algunos especialistas en transporte piensan que el espacio podría tener otros usos, como ser reacondicionado para mover trenes o buses. A su vez, un puñado de residentes se han manifestado preocupados de que el proyecto atraiga a las mismas masas de turistas que a veces atosigan el High Line, el revolucionario espacio verde que se construyó sobre 1.45 millas de una vía ferroviaria elevada en el borde oeste de la ciudad.

Para Glen, estas preocupaciones son sobrepasadas por el potencial que tiene este proyecto de agregar metros cuadrados, para distintos propósitos, que parecían imposibles de conseguir. “No estamos hablando de tomar algo que tenía otro propósito y tener un debate sobre cómo usar este terreno”, dice la vicealcaldesa. “Hemos creado otro acre de parques donde nunca pensamos que podría existir algo así”.

artículo publicado en inglés por citylab.com

VIDEO DEL PROYECTO

"OBAMA DA LEGITIMIDAD INTERNACIONAL A CUBA" BOB MENENDEZ

March 20, 2016

No ha sido nada fácil para Barack Obama tratar de restablecer relaciones con Cuba desde que decidió poner fin a la cortina diplomática . Las críticas van y vienen en un juego político cuyos intereses se ven más del lado comercial y no de la trasformación política que requiere la isla. A pesar de la esperanza que guardan miles de cubanos radicados en Estados Unidos sobre una nueva etapa y una oportunidad para la democratización de Cuba, hay muchos excépticos como el senador Bob Menéndez, quien estima que lo de Obama es un favor comercial y no político. En la siguiente entrevista a E.P. interternacional Bob destaca, dentro de una realidad irrefutable, que este esfuerzo es para beneficiar a comerciantes y banqueros. 

 

El senador por Nueva Jersey Bob Menéndez es demócrata como el presidente Barack Obama. Pero cuando se trata de Cuba, los principios de este político de origen cubano valen más que las lealtades al partido o al Gobierno. Desde un principio, Menéndez ha sido uno de los senadores que más ha criticado la normalización de relaciones con Cuba iniciada por Obama hace 15 meses. Igual de crítico se muestra con el viaje del mandatario a La Habana, que ve como una concesión total al Gobierno de Raúl Castro. 

 

Pregunta: ¿Cómo valora la visita de Obama a Cuba?

 

Respuesta: Creo que es un error enorme, porque está premiando al régimen castrista con una legitimidad internacional, sin ver ninguna apertura hacia la democracia, hacia el respeto a los derechos humanos. Después de 1.400 arrestos este año solamente, es imposible pensar que lo que estamos viendo es una apertura hacia la democracia y el respeto a los derechos humanos. Quizás el presidente esté yendo por su legado, pero no está ayudando a los activistas de derechos humanos, los movimientos prodemocracia, los periodistas independientes y otros que abogan en Cuba todos días, arriesgando su vida y su libertad, por crear esa apertura hacia la democracia y los derechos humanos.

 

P. El presidente argumenta que medio siglo de aislamiento no ha funcionado y que hay que buscar otra vía.

 

R. A los únicos a los que va a servir este proceso es a las grandes corporaciones como (la cadena de hoteles) Marriot, pero no al pueblo cubano. Mi interés no son las grandes corporaciones ni permitir turismo americano para que vayan a una playa de Varadero a fumarse un tabaco cubano hecho por unas manos que actualmente no pueden cobrar ni organizarse laboralmente como quieren. O tomarse un cubalibre, que es un oxímoron. La realidad de lo que yo quiero ver es oportunidades para el pueblo cubano, y eso no lo hemos visto y es lo que esta apertura no ha creado. Aparte de que Obama hizo exactamente lo opuesto en Myanmar y otras partes del mundo, pero cuando se trata de Cuba, su legado es más importante que el futuro del pueblo cubano. 

El senador demócrata Bob Menéndez es el más duro crítico de Obama durante las nuevas relaciones diplomáticas

P. Y sin embargo en Cuba hay una gran expectativa por que este deshielo pueda mejorar sus condiciones de vida. ¿Cómo le explica a los cubanos que no pueden hacerse esos cambios económicos sin que haya cambios políticos?

 

R. Repito lo que han dicho los que abogan dentro de Cuba por la democracia y el respeto a los derechos humanos que sufren por ello: que los cambios económicos que se prevén son simplemente para el régimen y no para el pueblo. Y por cierto, inversiones han existido de todo el mundo. Solamente EE UU tenía un embargo económico para tratar de mover al régimen hacia una mejor posición en derechos humanos y democracia, pero los europeos iban constantemente, Canadá y América Latina también, y eso tampoco ayudó al pueblo cubano. 

 

En fin, no es que no hubiera inversiones y oportunidades, lo que hubo es un régimen que determinó que iba a controlar la vida de cada cubano y el sistema económico que le controlaba la vida. Y nada de lo que estamos haciendo va a cambiar eso.  Yo entiendo por qué el pueblo piensa que quizá esto vaya a crear una mejor vida para ellos, pero lo que va a seguir es ese sistema oprobioso, la tiranía que existe, y quizás ellos van a tener algún turista que vaya a gastar dinero en algún paladar o visita. Pero la esencia de poder crear un sistema económico donde el cubano común tiene la oportunidad de crear su negocio, emplear a su familia o vecino, de decidir cómo gastar su dinero, de poder ir a una tienda libre, no del gobierno, que le cobre más, todo eso no lo va a permitir el régimen. Así que es una esperanza falsa, porque el régimen va a querer seguir controlando, como ha controlado los últimos cincuenta y pico de años. 

 

P. ¿No cree que ayudando a que los cubanos sean cada vez más independientes económicamente del Estado se logrará que puedan opinar con más libertad? 

 

R. Esta pregunta tiene una falta esencial, que es que para comercial desde el exterior a Cuba, tiene que ser con el Estado, no con el pueblo. Si pudiéramos por ejemplo emplear directamente al pueblo cubano en cualquier empresa norteamericana, eso sería una liberalización. Si pudiéramos invertir directamente con el pueblo cubano, pues quizás entonces eso sí pudiera crear un cambio. Pero la realidad es que todavía controla el Estado. Y si te están pagando en pesos en lugar de dólares, y si la única forma en que tú puedes usar tus dólares o tus pesos es en una tienda del Estado que está captando el dinero y controlando el sistema, no vamos a ver mucha libertad.

 

P. Usted que es de origen cubano, ¿se ha planteado en algún momento viajar a Cuba? 

 

R. Me encantaría, estoy loco por conocer mis raíces, pero no voy a ir para ayudar a un sistema que es oprobioso y que controla al pueblo. Quiero ver cierta apertura esencial hacia la democracia y los derechos humanos y cuando vea esa aperturas, entonces obviamente estoy muy deseoso de visitar Cuba.

EP.internacional

 

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¿Será Trump quien remplazará a Barack Obana?

Donald Trump: de lo inverosímil a lo real

Los obstáculos son enormes: en un país diverso y, más allá de las caricaturas, políticamente centrado, el Partido Republicano se arriesga a convertirse en una fuerza marginal si presenta a Trump. Pero hasta ahora ha desmentido todos los pronósticos sobre su inminente caída. Hasta hace unas semanas la posibilidad de que Trump sucediese a Obama era descabellada; hoy sigue siendo remota, pero ya no es inverosímil.

 

¿Cómo se ha llegado hasta aquí? Algunos señalan a la inacción de los dirigentes del Partido Republicano o de sus líderes de opinión: o bien, como la mayoría de observadores, nunca creyeron que Trump llegase tan lejos, o se lo tomaron a chiste. El ascenso del heterodoxo Trump —un candidato sin ideología definida, con retórica ultraderechista en inmigración y casi de izquierdas respecto al comercio internacional o el poder de las farmacéuticas— representa una OPA hostil al Partido Republicano. Al mismo tiempo, Trump es un espejo deformado e hiperbólico de la visceralidad de los republicanos durante los años de Obama.

Trump ha contado con un aliado valioso en los medios de comunicación, que se hace eco de cada astracanada suya y le regala horas y horas de pantalla. Ningún candidato, de ningún partido, ha contado con tanta cobertura televisiva como Trump, un showman capaz de mantener durante un mitin de 45 minutos la atención del público. Su personalidad —un triunfador, un multimillonario— es su atractivo.

 

Supuestamente Obama debía unir Estados Unidos, pero, cuando abandone la Casa Blanca en enero, dejará un país polarizado política y racialmente. Como demuestra el bloqueo en el Tribunal Supremo tras la muerte del juez Antonin Scalia, la parálisis en Washington continúa. Los años de Obama habrán sido, también, los de las tensiones por el trato policial a los negros, el miedo de sectores de la mayoría blanca a perder su estatus en un país más multicultural, y la erosión continuada de la clase media.

elpaisinternacional

 

 

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"Dia de los veteranos" un sentimiento patriota de veteranos de guerra que detestan ser llamados "héeroes"

November 11, 2015

Cada 11 de noviembre, como en otros países, Estados Unidos celebra el Día de los Veteranos.

Es una fecha en la que se rinde homenaje a los soldados que participaron en las múltiples guerras que ha librado el país, propias y ajenas. Y también es un día en el que la palabra "héroe" se repite una y otra vez.

 

Sin embargo, muchos de los "héroes" no parecen sentirse cómodos con esa idea. Es más, algunos dicen "odiarlo".

Sobre ellos hizo el documental "What Makes A Hero?", que en español sería "¿Qué hace a alguien un héroe?", el periodista de la BBC David Botti, quien es a su vez un veterano.

 

Botti recogió testimonios de excombatientes sobre su percepción de un calificativo que no son pocos los que consideran que tiene un uso "desproporcionado".

Douglas Clifton/bbc.com

"No todo el mundo en uniforme es un héroe": Douglas Clifton

 

No todo el mundo en uniforme es un héroe. Soy un veterano combatiente de la Guerra de Vietnam. Es raro cada vez que alguien me etiquete como 'héroe'. Me siento incómodo

 

En Estados Unidos, sólo el 1% de la población está directamente involucrada en nuestras guerras aparentemente interminables.

 

Y aquellos que no están directamente involucrados pueden animarse a sí mismos poniendo a los militares en un pedestal imaginario y alabándolos.

 

No, no todos los soldados son héroes. Y no todo héroe es un soldado. Hoy en día el término es usado en exceso. Desdibuja esos momentos increíbles donde realmente debe ser utilizado.

Sí, yo serví en combate. Obtuve medallas para probarlo. Pero yo no fui un héroe. No arriesgué mi vida para salvar a alguien ni nada por el estilo. Simplemente hice mi trabajo. Sin sufrir para hacerlo.

Karl Marlantes

"Si habías ido a Vietnam mantenías la boca cerrada": Karl Marlantes

 

Tengo un amigo cercano, tenemos hijos de la misma edad; ayudamos a entrenarlos en fútbol y cosas de esas. Nuestros hijos van a dormir a la casa de los otros.

 

Una noche nuestras esposas descubrieron que ambos habíamos estado en Vietnam. Nos conocíamos bien pero no lo supimos por más de ocho o diez años.

 

Así era la situación en esa época. Así era el ambiente, si habías ido a Vietnam mantenías la boca cerrada.

La sociedad no usaba la palabra "héroe" para nada. Ahora todo el mundo es un héroe por participar en una guerra. Eso tampoco es verdad.

Tyler Solorio/ BBC.com

"No conozco ningún soldado que lo disfrute": Tyler Solorio

 

He sido llamado "héroe" cientos de veces por personas que no me conocen. De cualquier manera, lo odio. Yo no conozco ningún soldado que lo disfrute, salvo por los soldados que no quieren ser asociados con esos soldados.

 

Es egoísta, tiene demasiadas cualidades pobres. Uno no confía en quien dice que es buena persona, así como no confía en alguien que abraza el título de héroe que le ponen otros.

 

Hay tan pocos héroes en el mundo así como hay pocos héroes entre los soldados.

Yo estuve en el ejército de Estados Unidos, en servicio en Afganistán durante un año.

Cuando se trata de soldados, la gente tiende a hablar de cosas con las que uno tiene problemas.

Igual que cuando la gente pregunta si alguna vez hemos matado a alquien o nos agradece por el servicio. La mayoría de los soldados que conozco tratan de evitar todo lo que provoque esa conversación.

 

 

"Cuando volvimos a casa nos despreciaron": Terry Long

 

Soy veterano de Vietnam. Había muchos héroes en el campo de batalla. Algunos sobrevivieron, otros no.

 

Cuando volvimos a casa nos despreciaron. No importaba lo que hayas hecho en cualquier conflicto desde el comienzo de la guerra en Afganistán o Irak, de todas forma al regreso a casa te van a decir que eres un héroe. Detesto eso y creo que es una estratagema nacionalista patriotera para cubrir las terribles decisiones de políticos estadounidenses al declarar estas guerras.

 

bbcmundo.com

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