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Entre divisiones , improperios y abrazos , Hillary Clinton y Donald Trump inician carrera presidenci

Por: Francisco Cardona

Análisis político

Hablar de un término medio en política o trazar una directriz sólida y vehemente sobre lo que sucede con los actuales candidatos presidenciales rumbo a la Casa Blanca sería no sólo iluso sino también sectario frente a la oratoria insultante y despiadada en que se ha convertido la carrera política de los Estados Unidos. Desde el día en que los analistas políticos supieron de la nominación del hombre que se atrevió a destapar la caja de pandora de los republicanos tildándolos de incapaces y débiles los propietarios de la información de los encopetados medios norteamericanos como el New York Times objetaron ,a través de sus columnas de opinión, el mensaje arrogante y peyorativo del hombre más inverosimil que ha abortado la tradicional política de los Estados Unidos.


Desde que Donal Trump hizo su aparición oficial y expresó el deseo de convertirse en aspirante presidencial , la opinión pública internacional no había sentido tantas mofas e insultos. La burla y el detonante de su discurso preliminar dejó entrever que los atrevidos y osados también tienen cabida en la democracia. Hay discursos ,claro está, subliminales con palabras que maquillan los políticos para controlar la ignorancia de los pueblos como el que ha elaborado condicionalmente el presidente Juan Manuel Santos en Colombia entre la paz y la guerra en donde obviamente lo que se plantea no admite discusión . El de Trump es directo , va al grano y entre verdades a cuestas levanta un polvero de polémicas al punto de encender odios y rencores.


Ésto es precisamente el fundamento de Trump : creer que todos los inmigrantes -no sólo los mexicanos- son ladrones , violadores y criminales. Además de terroristas , a los que visten de trapo y toga. En lo único en que coinciden los columnistas es que el patrón y la filosofía del discurso del magnate no cambia y su fundamento está centrado en hacer una "pared" en la frontera , sacar 11 millones de inmigrantes y hacer 'grande a América'.


Del otro lado , en cambio, la otra cara de la moneda es el Status Quo. Osea, se cambió el esquema político. Ahora los demócratas suenan como a "lo mismo y con los mismos" . No significa, empero ,que Trump tenga la fórmula mágica. Lo que sucede es que el respaldo de Hillary viene del mismo gobierno de Obama y tiene en su haber un marido expresidente y ha estado vinculada con el gobierno por muchos años. Hillay Clinton del mismo modo es famosa no por sus dotes de oradora sino por elaborar sofisticados discursos. Por ello Trump ha pedido a los republicanos que no escuchen sus mensajes.


Las recientes convenciones así lo han dejado saber. Por los toldos republicanos la división del partido y los desatinos de los asesores de campaña y el plagio al que se expuso la esposa del magnate más la duda de su legítima profesión fueron la nota distrayente mientras Trump asechaba contra la candidata demócrata. Lo curioso desde el punto de vista periodístico es que la prensa igual ha caído en el bla , bla, bla y ya no tienen como contragolpear al candidato que más ha insultado a los periodistas y se se ha dado el lujo de hacer "lobby" con los comunicadores y medios de su preferencia.


En respuesta a la confusa postura conservadora algo pretendía aguar la fiesta de la convención demócrata cuando los simpatizantes socialistas abuchearon a Bernie Sanders al reafirmar su postura en favor de Hillary considerando el hecho como una traición. Pareciera -tomando como base ésta discordia electoral- que el partido demócrata que goza actualmente del poder , también esté dividido y el fantasma de los correos electrónicos asecharan de nuevo la campaña de la ex-senadora Clinton. Y es que los inocentes y novatos jóvenes socialistas de éste país no entinden aún sobre el lado oscuro de la política. Lo bueno de las alianzas es precisamente poseer la capacidad de absorsión ideológica y suprimir a los radicales como sutílmente hizo Hillary Clinton al invitar a la convención a la primera dama Michelle Obama y de paso poner pausa a la inocentada socialista.


Lo de Michelle fue fantástico y genial pues insultó sutílmente al candidato republicano sin siquiera nombrarlo. Luego hizo énfasis en el neurálgico tema de la esclavitud y por momentos su presencia fue tan presidencial que no quedó otra opción que alabar un discurso que por primera vez en las intervenciones demócratas no sonaba a bla, bla , bla. Luego vino la acostumbrada y solemne , asi como pausada intervención de Obama, que no paró de atacar a Trump para finalmente llenar de rosas y claveles la convención demócrata entregando , en medio de un estremecedor abrazo, las llaves simbólicas de la Casa Blanca a Hillary Clinton. Con éstas convenciones ha quedado en manifiesto que la pelea está casada y en el primer round del debate no habrá más espacio para insultos y como se dice en el argot popular -ya que está de moda el populismo- al pan pan y al vino vino.


Ésta doméstica guerra fría electoral que viven los estadounidenses pero que está llena de insultos tibios ,por el momento , previo a los debates, hay que subrayar ,es una contienda dispareja en el plano político y será una ardua pelea determinada por improperios e insultos y el corolario estará supeditado por los siguientes detalles históricos y poco convencionales , a saber : Oligarquía vs negocios . Destino manifiesto vs populismo. Retórica vs improvisación , Cultura política vs cultura empresarial y - por que no- gobierno vs oposición ,ect, ect. No sabemos quién ganará ésta inusual pelea presidencial pero de lo que si estamos seguros es que no hay un peso pesado en el ring y la opinión pública como árbitro y los medios de comunicación como observadores y referentes darán luces a partir del primer debate.

Ancla 1
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