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"Plebiscito para la paz" : una ilusión en medio de inseguridad y violencia


¿fin de la violencia en Colombia?

No. Si bien las FARC son la mayor guerrilla de Colombia, con unos 7.000 combatientes según las autoridades - aunque la cifra exacta se conocerá después refrendado el acuerdo -, quedan activos: el Ejército de Liberación Nacional (ELN), una organización de ultraizquierda menos poderosa y que todavía no inicia diálogos de paz, y bandas armadas de origen paramilitar dedicadas al narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal principalmente, que son perseguidas por el Estado.

 

Introducción de Enfoque Periodístico

Francisco Cardona /Editor

De entrada , los que creen o piensan que se resolvieron los problemas y conflictos de violencia en Colombia , una vez la guerrilla de las Farc deponga las armas y se reinserte en la vida social y política , pecan de un absoluto histórico muy reciente con los procesos anteriores donde igual se hizo alarde de triunfalismo y celebración con fuegos y cohetes. La experiencia del M-19 demostró que ni éste ni ningún proceso de reinserción y mucho menos de paz como se pretende en la actualidad , trajeron a posteriori sosiego y tranquilidad, al contrario. Los problemas sociales , la pobresa y violencia se recrudecieron aún más y por antonomasia surgieron otros grupos criminales. Se van las Farc "entre comillas" pero quedan otros factores de violencia que increíblemente eluden cualquier sistema de justicia porque la corrupción política y gubernamental se ha convertido en "la madre de todos los vicios".


¿Qué le espera a Colombia en ésta nueva etapa de reinserción con la guerrilla más antigua de latinoamérica, y ., ¿Quién o quiénes se programarán para seguir con otro proceso con el (ELN) Ejército Nacional de Liberación? O las "Bacrim" , "los usuga" , y otras decenas de organizaciones que crecieron y se desarrollaron en menos de diez años?


La situación es tan delicada que nadie se explica cómo hace un criminal y un delincuente para delinquir desde una cárcel donde supuestamente debiera estar aislado de todo tipo de comunicación. De igual manera , ¿Cómo la justicia ha permitido que por años hayan existido bandas extorsivas en pleno centro de grandes ciudades como Cali, por ejemplo , donde las mafias del cilantro , de la papa y de otras mas, controlen uno de los mercados más populares de la ciudad como la galería Santa Elena ? Ante ésta situación de inseguridad al igual que los asaltos en la vía al mar hacia el puerto de Buenaventura , Cali y otras ciudades están desamparadas y en manos de la delincuencia. Pero, ya no hay tiempo de llorar como decía un famosos locutor caleño. A partir de ahora los Colombianos "continentales" y extranjeros , una vez plebiscitados los acuerdos de la habana , tendremos que acostumbrarnos a los timochenkos , Márquez y Telles , así como digerimos los Navarro , Petro y compañía.


Para bien o para mal , en medio de tantos males , los colombianos nos dejamos alimentar de un odio polarizado que de apoco fue subliminando la conciencia de una sociedad apática y desinteresada en los asusntos del gobierno por falta de cultura política porque a cicencia cierta y en medio de los triunfalistas de la paz cuántos realmente saben que es un plebiscito? , el socialismo? O mejor aún ,cuáles son los poderes del Estado?. Estamos igual que el republicano estadounidense, Donald Trump, hablando de política llevados por el impulso y populismo de un presidente que ha hecho uso de dos aforismos sencillos y prácticos , con los cuales ha manipulado a ultranza la inerme opinión pública de los colombianos : "En el país de los ciegos el tuerto es Rey" y entre la desesperanza y el positivismo encontró que ..."para un mal de muchos , un consuelo de tontos". En otras palabras, "tanto fue el agua al cántaro por la paz hasta que rompió los aljibes de la incredulidad entre rechazao , oposición y polarización.


No obstante , hay que abonar que la internacionalización del conflicto junto al espaldarazo de Estados Unidos y Europa jugaron a favor de éste duro proceso. Sin embargo, a nivel interno las instituciones del Estado han sido sometidas a cambios radicales como la reforma a la justicia para favorecer los acuerdos de la Habana. Pero ¿Que opinan los analistas y corresponsales de las agencias internacionales sobre los logros del presidente Santos en ésta primera fase previa al plebiscito? Seguidamente , recojemos dentro de un grueso de informaciones disparadas por el morbo que muchas agencias de prensa regocijadas con el periodismo oficialista , alcanzaron el rating de información apenas como para socavar en medio del carnaval producido por los anuncios de la habana. Ni siquiera tenemos el orgullo de decir los acuerdos de Colombia o de Cartagena donde se han hecho grandes convenciones. Eso es lo que no entendemos : ¿Cómo un país comunista ha servido de garante de una paz ajena durante casi cuatro años ?


 

Casi cuatro años de difícil negociación en Cuba llegaron a feliz término: Colombia cuenta con un acuerdo de paz para terminar con medio siglo de enfrentamiento con la guerrilla más antigua del continente.


Después de tres procesos fallidos de diálogo (1984, 1991, 1999), se cerraron las negociaciones para superar un conflicto que deja cientos de miles de desplazados, muertos y desaparecidos. Se abren ahora varios interrogantes:


¿Se selló la paz?


No. El anuncio de este miércoles supone el cierre exitoso de las negociaciones que empezaron en 2012 en La Habana, pero falta que el texto del acuerdo sea sometido a plebiscito el 2 de octubre. Los colombianos tendrán la última palabra: si triunfa el "Sí", el acuerdo se implementará, pero si se impone el "No", el gobierno de Juan Manuel Santos no podrá llevar a la práctica los compromisos pactados, aunque en teoría podrá intentar una nueva negociación con los rebeldes.


Es incierto el camino que tomarían las FARC frente a este último escenario.

"Ahora se abre una etapa de gran incertidumbre política acerca del resultado de la refrendación del acuerdo", señaló a la AFP Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac). Solo tras la victoria del plebiscito, se iniciará en firme el desarme del grupo rebelde.


¿Es el fin de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)?


Sí, al menos como grupo armado. El acuerdo busca que esa organización desista de conquistar el poder por las armas (una lucha de 52 años en la que desafió a 12 presidentes), y se convierta en una partido político que dispute elecciones.

"El objetivo del gobierno es que las FARC desaparezcan como organización armada, y eso se verá 180 días después de la firma, y el objetivo de las FARC es participar en política", señala Ariel Ávila, analista del conflicto del Observatorio Paz y Reconciliación.


Es decir, que por un lado los rebeldes deponen las armas - por lo tanto no podrán seguir llamándose FARC - y por el otro, el gobierno les dará garantías legales y de seguridad para que aspiren a cargos de elección popular, sin que vayan a ser asesinados por sus ideas de izquierda, como en el pasado.


¿Termina la violencia en Colombia?


No. Si bien las FARC son la mayor guerrilla de Colombia, con unos 7.000 combatientes según las autoridades - aunque la cifra exacta se conocerá después refrendado el acuerdo -, quedan activos: el Ejército de Liberación Nacional (ELN), una organización de ultraizquierda menos poderosa y que todavía no inicia diálogos de paz, y bandas armadas de origen paramilitar dedicadas al narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal principalmente, que son perseguidas por el Estado.


"Esta economía de guerra va seguir más allá de las FARC. El problema es que muchos de esos grupos aspirarán a retomar territorios donde están esos mercados" ilegales, comenta Ávila. Unos 10.000 combatientes de grupos clandestinos diferentes de las FARC, seguirán actuando, según sus cálculos. Quedará igualmente el narcotráfico, que no "nació ni va a acabar con las FARC", pero que gracias al acuerdo de paz podrá ser combatido con mayor eficacia, ya que la guerrilla es "el principal obstáculo en la política antinarcóticos por las condiciones de inseguridad que crea", comentó Restrepo.


¿Qué pasará con las víctimas? ¿Habrá perdón y olvido?


Uno de los seis acuerdos que componen el pacto de paz con las FARC prevé amnistía para los combatientes que no estén implicados en delitos graves, que en principio deberían ser la mayoría de guerrilleros rasos. Sin embargo, los responsables de delitos atroces como masacres, desplazamiento, ataques sexuales, reclutamientos de menores serán sometidos a tribunales especiales.

Si confiesan sus crímenes y ayudan a reparar a las víctimas, evitarán la cárcel y recibirán penas alternativas, de lo contrario, en caso de ser hallados culpables, pagarán penas de ocho a 20 años de prisión.


Los opositores del acuerdo con las FARC alegan que es "un trato injusto porque no castiga de manera suficiente a las FARC ni le da respuesta a las víctimas en la restitución de sus derechos", explica Restrepo. Para Daniel Pécaut, de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (Ehess, con sede en Francia), parte de la opinión pública en Colombia desconfía de la "conversión política" de las FARC porque asume que nunca han reconocido toda "su responsabilidad en los crímenes cometidos". El conflicto colombiano deja unos 260.000 muertos, siete millones de desplazados y 45.000 desaparecidos.



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